978-84-7927-729-1 Título
Precios ridículos "Cómo y por qué meten la pata nuestros queridos políticos y otros"  
Autores Miravitllas, Ramon           
Editorial Ediciones Robinbook, S.L.  Nº edición  Año  Dic/2004
Colección  Coña fina  Nº colección    Páginas  308 
 
Materias



Historia


Encuadernación  Rústica 
Largo  23  Ancho  15 
Idioma  Castellano 
Estado
Sin stock, podemos pedirlo
Sin stock, podemos pedirlo
  P.V.P. 
 
   17,95
 
 
Reseña del libro
Este libro recopila las mejores meteduras de pata de nuestros políticos y famosos: los ridículos más sonados de nuestra historia reciente, otros no tan conocidos y unas cuantas perlas especialmente seleccionadas para esta edición y que sólo conocen los confidentes del autor o sus propios protagonistas.
Adentrándose contra corriente en las recónditas ciénagas del ridículo con nombre y apellidos, braceando en un país ya azaroso donde nadie quiere tener culpa de nada y menos aún si es algo sonrojante, Ramon Miravitllas logra enhebrar pacientemente vanidades, ignorancias, murmuraciones, lige­rezas, sexismos, cinismos, gazapos de todo pelaje y otras grandes categorías vestidas de anécdota.
• ¿Sabía usted que Juan Carlos echó una bronca formidable al presidente Calvo Sotelo ante toda España sin que nadie lo advirtiera?
• ¿Sabía que el jefe de prensa de Aznar pedía que fueran censuradas pregun­tas incómodas para su líder, en presencia del propio Aznar?
• ¿Sabía que Pasqual Maragall Ilamó «Mohamed Sexo» al monarca marroquí?
• ¿Sabía que una diputada socialista merendó un año entero a costa de Fraga?
• ¿Sabía que Juan José Lucas confundió a Miguel Ríos con Beethoven?
• ¿Sabía que hasta Francisco Franco recibió un castigo de los cielos el día que hizo detener bruscamente su comitiva para orinar en un bosque?
La primera crónica de la transición en España vista desde sus exquisitos menudillos. Una deliciosa pieza donde se armonizan lo vivido y lo sabido, el alcance histórico y la actualidad urgente, el amoroso respeto por lo público y la sátira más acerada, la vergüenza ajena y la propia, ya que nadie está libre de un hierro. ¿O es un yerro? 
 
Bio-bibliografía del autor