978-84-7813-281-2 | Título |
Ibarreta, el último explorador "tragedia y muerte en su expedición por el río Pilcomayo" | |
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Autores | Díaz Sáez, José Antonio | |||||
Editorial | Miraguano ediciones,S.A. | Nº edición | 1 | Año | Dic/2004 | |
Colección | Viajes y costumbres | Nº colección | Páginas | 296 | ||
Materias |
Historia |
Encuadernación | Rústica | |||
Largo | 24 | Ancho | 17 | |||
Idioma | Castellano | |||||
Estado |
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Reseña del libro |
En agosto de 1859, nació en Bilbao un hombre al que no pocos en América llamarían algunos decenios más tarde el "Livingstone español". Su nombre era Pedro Enrique de Ibarreta Uhagón y vino al mundo en el seno de una acomodada familia con pretensiones de nobleza: hijo de burgueses, su padre fue un destacado ingeniero y su tío uno de los principales fundadores del Banco de Bilbao y alcalde de esta villa entre 1873 y 1874. Inquieto, atrevido e indisciplinado, Pedro Enrique de Ibarreta vivió en su juventud un breve exilio en Francia e Inglaterra donde se sustrajo a los avatares de la tercera Guerra Carlista. A su retorno a España, un duelo de honor a pistola le apartó de la carrera militar y presuntamente enemistado con su padre por tal episodio, viajó a Argentina donde trabajó para Casado de Alisal, el mecenas palentino que donara medio millón de pesetas a Isaac Peral para la construcción de su submarino. Explorador y agrimensor del Chaco, en donde vivió con los indios, viajó también por las selvas de Paraguay y buscó oro, sin fortuna, en las montañas de Bolivia, en los mismos parajes en los que diez años después encontrarían la muerte Butch Cassidy y Sundance Kid. Participó luego en la Guerra de Cuba, y de allí pasó al Pilcomayo en busca de una obsesión: quería ser el primer explorador que navegase las sombrías soledades del Río de los Pájaros; el primero en sobrevivir donde tantos otros habían hallado la muerte. Sin embargo, sólo dos de sus compañeros quedaron vivos para contar la historia de su épica y a la postre funesta expedición, y con ellos nació la oscura leyenda de este explorador de aura trágica que en su día sedujera a Baroja y Blasco Ibáñez, quien le calificó de "caballero andante de la geografía, paladín sin miedo y sin tacha de la ciencia, varón de heroicas acciones, cuyas hazañas hacen recordar a los hombres de los primeros años del Descubrimiento". |
Bio-bibliografía del autor |