Ya hace tiempo, tres o cuatro años, que le propuse a Luis Royo la publicación de sus primeros trabajos y me miró con cara de sorpresa, al tiempo que me decía que "Todo aquello era muy malo...", por lo que opté por no insistir y dejar el asunto en la nevera, congelado, aunque no olvidado. Y ahora, cuando Luis atraviesa su época más creativa y productiva, cuando se ha convertido en un autor de culto en todo el mundo, he vuelto a la carga y le he convencido para publicar todos sus cómics, pues ésa era su primera afición, a la que le dedico varios años. Publicó algunas historias cortas en los fanzines ZETA y BUSTROCEDON, a finales de los setenta, y continuó con un puñado de historias en color que le mantuvieron ocupado durante cinco años, de 1979 a 1983, ya que fue en ese año, 1983, cuando nos conocimos y le sugeri abandonar el cómic: en favor de la ilustración. |