Este segundo volumen de El cuarteto de Burú -unánimemente considerado un clásico contemporáneo- prorroga la agridulce historia del creciente sentimiento indonesio contra el colonialismo holandés a finales del siglo XIX. Combina críticas al capitalismo y a la ocupación colonial con magistrales retratos humanos e imponentes pinceladas de una forma de vida local ya desaparecida. Toer continúa la trayectoria de Minke, al que han separado de su joven esposa, Annelies Mellema -hija de un rico colono holandés y de una concubina nativa- enviada a vivir a Holanda de acuerdo con los términos de la última voluntad de su padre. Al morir su apenada mujer, Minke abandona su intención de dedicarse a la medicina y empieza a colaborar como periodista en lengua javanesa sin mucho interés. Pero en su contacto más directo con el pueblo va descubriendo cómo los holandeses le robaban la tierra a los campesinos o historias de coraje como las de mujeres que se infectaban voluntariamente de viruela para provocar la muerte de sus amos. Estas imágenes, junto a la reclamación de la maltrecha herencia de su mujer por parte de un heredero venido de Holanda, despiertan en el protagonista, por fin, las ansias de lucha contra un régimen a todas luces cruel e injusto. Hijo de todos los pueblos es una novela en la que sentimientos como el amor, la rabia contra la injusticia y la necesidad de libertad conforman una ventana a lo más puro del espíritu humano. |