«El libro se inicia cada vez que el lector lo abre y lee. El primer lector del Quijote es el siguiente lector del Quijote. Nuria Amat no acepta que las cosas sean tan agradables y sencillas como esta secuencia. Entre libro y lector, entre autor y biblioteca, ella interpone una figura (...). Esa figura es la mujer de la narración, a veces personaje de la obra, a veces mujer o hija o amante del autor, siempre la otra narradora invisible que nos dice ese algo más que a simple vista no está en lo que leemos. Que el escritor es siempre muchos escritores. Que a un escritor lo hacen muchos escritores. Que el escritor que deja de escribir no tiene más recurso que convertirse él mismo en libro. Que la aspiración grande y real del escritor es convertir al lector en enemigo». |