La ciudad se extiende en una franja limitada al este con un muro que cubre el horizonte y al oeste con un abismo insondabie. Nadie sabe desde cuáodo existe y sus habitantes, procedentes de distintas épocas y culturas, han resucitado en ella después de morir. Al sur se hallan los cultivos que la álimentan y al norte los yermos que, según cuentan, ocultan la anticiudad. En un escenario misterioso y sobrecogedor que evoca tanto el mundo del Río de Farmer como a Orwell y Dante, los hermanos Strugátskii reflesionan sobre la aplicación de los experimentos sociales a la par que satirizan el propio sistema impuesto, que abarca desde la burocracia anquilosada a la paranoia más intervencionista y policial: 'Rica y cargada de simbolismo; Cuidad maldita no pudo ver la luz hasta la llegada de la perestroika. |