Detenido por las tropas franquistas en 1937 cuando estaba en Málaga como corresponsal extranjero para cubrir la guerra civil, y condenado a muerte por espionaje, Arthur Koestler esperó durante tres meses su ejecución en la cárcel de Sevilla. Un testamento español -publicado por primera vez en Inglaterra en 1937- relata en forma de diario carcelario esa espera, ese diálogo consigo mismo, esa meditación sobre la vída y la muerte de la que Koestler, hombre de acción, no se podía librar. Las circunstancias en las que esas páginas se publicaron obligaron en aquella época a Koestler a silenciar ciertos hechos esenciales, en particular su pertenencia al partido comunista, sus nexos con el Komintern y sus relaciones con los republicanos españoles. En 1966, el autor del El ceró y el infinito decidió corregir sus memorias y presentar al lector una versión completa de los acontecimientos rebautizada como Diálogo con la muerte. Testimonio ejemplar de las dolorosas reflexiones de un condenado a muerte en las cárceles franquistas, Diálogo con la muerte es el relato intenso, en su verdadero contexto, de esos aciagos dias. |