La mayor ilusión de Chana era tener un hijo pero, tras conseguir que su marido se sametiese a varias pruebas de fertilidad, supo que jamás sería madre. Le quedaba la esperanza de la inseminación artificial, aunque tener que decirle a su marido que quería quedarse embarazada de otro hombre la aterraba. Jaaquín era prepotente, mezquinó y vanidoso. Aceptar su esterilidad sería como poner en duda su virilidad, y eso nunca lo toleraría; eran muchas las mujeres con las que le era infiel a Chana. Al final Joaquín accede, siempre y cuando el donante sea su mejor amigo; Fran Smith, y la inseminación sea fuera de la ciudad. Pero lo que ni siquiera sospecha es que su esposa vive enamorada de ese hombre y que, aunque ella aún no lo sabe, éste le corresponde. Entre tanto, Belén, la hermana de Chana, hará todo lo posible por desenmascarar al infiel de Joaquín. |