Saman Abdul Majid pasó veinte años al lado de Sadam Jusein como traductor e intérprete privado y responsable del gabinete de prensa de la presidencia. También trabajó para Udai, el hijo mayor del dictador iraquí. Majid ha sido testigo directo de reuniones oficiales y extraoficiales con numerosos políticos, periodistas y diplomáticos de París, el Vaticano, el Kremlin e incluso de la Casa Blanca. Revela también en este libro sus manías y pasiones, como escribir poesía mientras caían las bombas y leer obra sobre el Vietcong y la guerra urbana. Un documento único para descubrir unos tiempos de manipulación y crisis. |