Una novela de culto, llena de reminiscencias cinéfilas y literarias, que fue adaptada al cine por el propio Ray Loriga, ganador del Premio Alfaguara Un adolescente escapa con una chica a la que ha secuestrado tras matar con una pistola a un guardia de seguridad. Esta es la historia de una huida, una road movie en la que la maldad disimulada, la imposición de una identidad y el machismo soterrado son motivos suficientes para que el protagonista se fugue en compañía de la chica y reclame a voz en grito, en cada uno de sus actos, que lo dejen en paz. Caídos del cielo fue adaptada al cine por el propio Ray Loriga (La pistola de mi hermano), que plasmó en imágenes ese mundo de obligaciones y retos que ponen en evidencia lo que hay detrás de él: nada.La crítica ha dicho:«Ray Loriga es un fascinante cruce entre Marguerite Duras y Jim Thompson».Pedro Almodóvar «Una escritura depurada, de breves párrafos, que no describe, sino que va, silenciosa como los neumáticos de un automóvil sobre una autopista».J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia «Loriga pertenece a un selecto grupo de escritores que, como Houellebecq y Murakami, están redefiniendo la ficción del siglo XXI».Wayne Burrows, The Big Issue«Loriga es la estrella del rock de las letras europeas».The New York Times «Parece que la prosa de Loriga sea sencilla, amistosa, superficial incluso. Es falso (bueno, amistosa sí que lo es), el término exacto es otro: levedad. [...] Esa levedad de la culpa, de la desesperación y del ritmoes una huella de madurez y una garantía de modernidad vigente. [...] Una escritura muy elegante».Nadal Suau, El Cultural «Ray Loriga destila genio en cada página».Scotland on Sunday «Loriga añade anhelo romántico e inteligencia original a una figura cada vez más ubicua, el héroe neurótico, esa alma difuminada en un país de las maravillas transnacional lleno de ingeniería neuroquímica y negras intrigas».Sam Lipsyte, The New York Times «La literatura de Ray Loriga, alejada de toda banalidad, se parece un poco al cine de John Ford: economía narrativa, poesía y sensibilidad».Enrique Bueres, Revista GQ |