¡Las Marquesas! ¡Qué extrañasvisiones de cosas exóticas evoca este mismo nombre! Huríesdesnudas, banquetes canibalescos, bosquecillos de cocoteros, arrecifesde coral, reyezuelos tatuados y templos de bambú; valles soleadosplantados de árboles de pan; canoas talladas danzando en las chispeantesaguas azules; bosques salvajes custodiados por ídolos horribles:ritos paganos y sacrificios humanos.» Con estas palabras nos introduceMelvilleen el universo de las islas de los mares del Sur, lugar en el que recalóen 1842 -en la espléndida bahía de Taioache, en Nukuheva-,después de un prolongado viaje a bordo del ballenero Acushnet.Taipies el relato prodigioso de las aventuras y desventuras del autor en lasMarquesas: la huida del barco, la angustiosa odisea por los valles de Nuka-Hiva,el descubrimiento de un paraíso sorprendente, la vida entre losindígenas, las costumbres, su dicha paradisíaca, su epicúreoprimitivismo..., y el idilio amoroso que se encarna en la belleza de Fayaway... |