Esta novela es un viaje a la inmortalidad. Su protagonista es un triunfador, que se codea con estrellas de Hollywood y es famoso por un programa de entrevistas en el que los invitados deben tomarse una pastilla elegida al azar sobre cuyos efectos no tienen ni idea. Un día su hija le pregunta si todo el mundo se muere, y él, que empieza a notar los achaques de la edad, decide partir en busca de la vida eterna.El periplo lo llevará a Ginebra, Viena, Jerusalén, Nueva York, Harvard, San Diego y Los Ángeles, y en su búsqueda se entrevistará con científicos y gurús diversos, y conocerá, y en algunos casos pondrá en práctica, variopintos métodos para lograr la deseada inmortalidad, métodos que van desde cosas tan simples como seguir una dieta y hacer ejercicio o inyectarse proteínas hasta otras mucho más complejas como secuenciar el ADN familiar en busca de potenciales enfermedades futuras, explorar las posibilidades de la reprogramación celular, indagar en los avances punteros en la investigación con células madre pluripotentes inducidas, hablar con el mayor experto mundial en digitalización cerebral o hacerse transfusiones de sangre de adolescentes vírgenes californianas…Una vida sin fin es una novela, pero no es exactamente una ficción, porque los personajes que aparecen son reales, y los científicos con los que el protagonista se entrevista y las instituciones que visita son los máximos exponentes de la búsqueda de la inmortalidad por parte de la humanidad.Y, para completar la propuesta, también se incluyen una serie de jugosos listados con las ventajas e inconvenientes de la muerte, las cosas por las que merece la pena vivir, las diferencias entre el treintañero soltero y el padre cincuentón, las diferencias entre el hombre y el robot, o una comparativa entre muertos demasiado jóvenes y muertos demasiado viejos. |