978-84-339-2549-7 | Título |
Juicio a Kissinger | |
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Autores | Hitchens, Christopher | |||||
Editorial | Editorial Anagrama, S.A. | Nº edición | 1 | Año | Ene/2002 | |
Colección | Cronicas | Nº colección | 49 | Páginas | 200 | |
Materias |
Narrativa Ensayo |
Encuadernación | Rústica | |||
Largo | 22 | Ancho | 15 | |||
Idioma | Castellano | |||||
Estado |
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P.V.P. |
18,90 |
Reseña del libro |
Con la detención de Augusto Pinochet, y la intensa presión para proceder a la de Slobodan Milosevic, la posibilidad de una legislación internacional que actúe contra los tiranos en todo el mundo se perfila como una realidad. No obstante, como Christopher Hitchens demuestra en este libro inapelable, Occidente no necesita ir muy lejos en busca de candidatos idóneos para el banquillo de acusados. Estados Unidos es la patria de un individuo cuyo historial de crímenes de guerra resiste la comparación con los peores dictadores de la historia reciente: el ex secretario de Estado y consejero de seguridad nacional Henry A. Kissinger. Sopesando las pruebas con meticulosidad jurídica, y desarrollando su caso con un escrupuloso análisis de la documentación escrita, Christopher Hitchens toma la palabra como fiscal. Investiga, sucesivamente, la participación de Kissinger en la guerra de Indochina, la matanza masiva perpetrada en Bangladesh, los asesinatos planeados en Santiago de Chile, Nicosia y Washington, y el genocidio en Timor Oriental. Basándose en testimonios de primera mano, en documentos no publicados hasta ahora y en un amplio estudio de material desclasificado en virtud de la Ley de libertad de información, elabora un sumario devastador contra un hombre cuya ambición y crueldad han sido la causa directa de asesinatos individuales y grandes matanzas indiscriminadas. Como afirma Christopher Hitchens: «La única impunidad de que Henry Kissinger disfruta es rango; huele que apesta. En nombre de las innumerables víctimas, conocidas y desconocidas, es hora de que la justicia intervenga.» «Me han preguntado si deseo designar un sucesor, un heredero, un delfín. Y he decidido nombrar a Christopher Hitchens» (Gore Vidal). «Han pasado veinte años desde que Hitchens prometió no volver a leer ni una sola palabra de Kissinger hasta que aparecieran sus diarios de cárcel. Por fortuna no ha cumplido su promesa» (D. Sewell, Literary Review). «Una mirada perturbadora en la cara oculta del poder estadounidense, cuyas consecuencias en rincones remotos del planeta han sido olvidadas con demasiada frecuencia. Sus innumerables víctimas han encontrado en Hitchens a un apasionado y hábil defensor» (Matthew Campbell, Sunday Out). |
Bio-bibliografía del autor |