| «La revolución no es sólo inevitable, es inminente. No es sólo inminente, es muy inminente. Y cuando llegue la hora, mi padre estará a la cabeza.» Los padres de Saïd pensaban que la gloriosa revolución proletaria estaba a la vuelta de la esquina, así que lo sacrificaron todo para acelerar su llegada sin excluir la infancia de su hijo. (Ya le habría gustado a él que le hubiesen consultado antes.) Dando tumbos entre Pittsburgh y Nueva York, su familia le declaraba la guerra al feroz capitalismo y lo instruía en el desprecio a los lujos burgueses que tanto anhelaba. Mientras tanto lo sometía a un obstinado tratamiento de reuniones, conferencias, manifestaciones y otras militancias destinado a convertirlo en el hijo perfecto de la causa. Ni siquiera faltó un reglamentario viaje a Cuba. ¿Pero qué ocurre cuando el gran día se retrasa? «El relato mordaz, piadoso, lúcido y agudo de una niñez insólita». The Guardian. «Sayrafiezadeh escribe con una fuerza y una perspicacia extraordinarias.» The New yor Times |
