En Benarés, una ciudad contemporánea de Nínive o Babilonia, hay un fuego que lleva encendido ininterrumpidamente más de 3000 años. Es un fuego sagrado que, como es normal, no se enseña a los turistas, pero cuyas lenguas eternas (o cuya Lengua Eterna ) uno puede escuchar a poco que sea sensible a la poesía, a la espiritualidad, al pensamiento o a la historia. Estos cuadernos, hilados a lo largo de veinte años de estancias en esa ciudad única a partir de aforismos, son el lugar donde su autor ha intentado dejar testimonio de la profunda huella que ese diálogo con uno de los fuegos del principio ha dejado en su vida. |