Para comprender los milagros tenemos que fijarnos en dos aspectos de la Ley Universal. el primero es que muy dentro de la naturaleza humana reside un inmenso poder, y el segundo aspecto se refiere a que este poder es imparcial y está vacío de contenido emocional. Llámalo Mente Universal, Conciencia Crística o lo que desees, pero, de hecho, es este poder el que permite que los seres humanos lleguen a tener conocimiento de la fuerza vital universal que llamamos «Dios».
Puesto que la Ley Universal es indestructible y, por consiguiente, infinita, podemos inferir que -cualquiera que fuese el poder que en el pasado utilizaran los hacedores de milagros- este poder aún está hoy día a nuestro alcance. |