"El primervolumen de mi autobiografía" comenta FrankHarris en el prólogo a este segundo volumen de Mi vida y mis amores, "recibió ásperas críticas de uno a otroextremo del mundo de habla inglesa, especialmente por parte de supuestoshombres de letras y periodistas. A juzgar por el clamor, se hubiera dicho queles había sacado el pan de la boca." Sólo dos hombres salieron en su defensa :Bernard Shaw y R. Mencken, uno de los mejores críticos norteamericanos. Noobstante, Harris no ceja en su tarea de seguir contando la verdad y toda laverdad posible de su vida y de la de sus contemporáneos. Se define alegando :"En la actualidad, todos aceptan que pintores y escultores deberían tener lalibertad de representar la figura humana desnuda, pero, cuando un escritorreclama semejante libertad, es boicoteado y deshonrado, sus libros sesecuestran y se queman, y puede considerarse afortunado si escapa a la multa yla prisión. Y, sin embargo, los pésimos resultados de esta política de avestruzson lo bastante claros y conocidos". "Los convertículos y las iglesias siemprepodrán manifestar su desaprobación, pero ¿Por qué habría de permitirlesconvertir sus prejuicios en ley y castigar a otros por no participar de suceguera ?" El tiempo, afortunadamente, le está dando poco a poco la razón.. . Pero no sólose defiende Harris mediante ideas que hoy, por suerte, ya no extrañan sino apocos ; nos da también sus motivaciones más íntimas : "Si todos loscaminos del amor son hermosos para mí, ¿por qué no iría a decirlo ? Todaslas chicas y mujeres que he conocido y amado me han enseñado algo ; han sidopara mí el encanto y la sorpresa, el misterio y el romance de mi vida. He viajadodel Cabo a El Cairo y de Vladikavkas a Valdivostock, pero una sola muchacha meha enseñado más de lo que pude encontrar en dos continentes. Hay más queaprender y amar en un espíritu femenino que en todos los océanos. ¡Y, gracias aDios, sus cuerpos son tan fascinantes como sus almas". |