Malvados, traviesos, tramposos...y soberanamente egoístas. Así son los protagonistas del nuevolibro de Andy Riley, unos perversos gorrinos que no temen ni a Dios ni al Diablo.Coleccionan todo tipo de fechorías, desde las más nimias travesuras hasta las más crueles: llevarsetodo el papel higiénico del baño, derretir con un secador de pelo ese muñeco de nieve hecho con todoel cariño del mundo, vomitar en el asiento libre del autobús en el que se iba a sentar una señora, obloquear la salida de emergencia de un edificio en llamas, mientras se echan tranquilamente unapartida de cartas...Tras el éxito cosechado por la saga de Los conejitos suicidas (más de 30.000 ejemplares vendidosen España), Andy Riley demuestra una vez más un sentido del humor de lo más irreverente ypolíticamente incorrecto. |