Testimonio apasionado de la acción humanitaria que alivia, siquiera de modo imperfecto, el sufrimiento en el mundo.
James Orbinski, presidente de Médicos Sin Fronteras cuando esta organización recibió el Nobel de la Paz en 1999, ofrece un relato apasionado de quien, durante los últimos veinte años, ha sido testigo de las peores manifestaciones del inhumanitarismo en todo el mundo, en las que ha fracasado la política y donde «he comprobado lo difícil que es conservar la humanidad cuando esto sucede». |