Los poemas de El fósforo astillado sintonizan entre sí como instrumentos de una pieza orquestada: se matizan unas veces, se subrayan otras, se acompañan gloriosamente en una suerte de diálogo sinfónico, por no decir marcha épica. Desde ese ritmo entusiasta, y con la asistencia de imprevisibles imágenes que median entre el mundo real y el mundo verdadero, el libro de García Román plantea una de las más viejas incertidumbres humanas: ¿en qué consiste el lenguaje? ¿Cuánto de nosotros conseguimos transmitir cuando nos comunicamos y cuánto se pierde por el camino? ¿Se puede desde la ficción –esto es: desdela memoria, desde los deseos– superar la realidad? Los poemas aquí reunidos, por fortuna, no saben las respuestas, pero las contienen. Por su impecable aleación de inteligencia y lirismo, estamos ante una de las voces más sorprendentes de la actual poesía española. |