A finales del siglo XIV coincidieron tres mujeres decididas a lograr el poder a toda costa. Alianzas, conjuras, brujería… nada las iba a detener a la hora de hacerse con una corona que en justicia les correspondía, pero que les estaba vetada por su condición femenina. Sibila de Fortià, madrastra de Juan I; Violante de Bar, tan hermosa y culta como caprichosa y soberbia, y María de Luna, bondadosa, pero de firme carácter, lucharon sin descanso entre sí por llevar las riendas de la política en un mundo presidido por hombres. De fondo, un personaje pérfido y siniestro pondrá en jaque a todo un reino. |