La dimensión del hombre no se limita a su cuerpo físico: en él vive la Chispa Divina, de la cual el pensamiento es una alta manifestación. El pensamiento puede obrar mejor que cualquier otro medio de los que el ser humano se sirve para su acción. Tiene la capacidad de actuar directamente sobre las personas, sobre los acontecimientos y sobre las cosas, sin instrumentos ni intermediarios. No conoce barreras ni distancias y el bien que puede producir es incalculable.
El objetivo del autor es ayudar a los lectores con la extraordinaria fuerza del pensamiento, suscitar fe y confianza, fortalecer y estimular a quienes desean superarse y ayudar a los demás. La condición indispensable para que se pueda actuar efectivamente con el pensamiento es adquirir el dominio de la mente. Disciplinada y potenciada, ella puede realizar lo que comúnmente se define como prodigios. |
