EUROPA constituye una realidad política, histórica, social, económica y cultural, sujeta a una génesis, evolución y desarrollo determinados. Pero además designa y comprende a diversas comunidades humanas que han convivido durante milenios con arreglo a distintas formas de organización política y social. Esto lleva a preguntarse a partir de qué momento los europeos, simples habitantes del continente de ese nombre, empiezan a entender que lo son, como cualidad añadida. Europa es un continente todavía humano, a pesar de Auschwitz y el Gulag, de la colonización y el imperialismo, de la Inquisición y la Cruzada, de las Guerras de Treinta Años o de Cien, y de los «Terrores», revolucionarios y reaccionarios. La variedad de sus lenguas, la abundancia y maravilla de sus monumentos preservan una memoria diversa y común, que impide el anonimato, la despersonalización, la uniformidad, de unos seres humanos que son, ante y sobre todo, personas. Hay muchas formas de ser europeo. De hecho, ser europeo consiste en ser de muchas formas. Ser europeo en Europa ha sido posible gracias al esfuerzo de generaciones precedentes que han luchado para que esto sea posible.
Lo que las páginas de este libro exponen son distintas formas de entender a Europa. La propuesta es abierta, tentativa, dialogante. Su génesis responde a una investigación sobre ese aspecto de Europa que es su idea; en realidad, sus ideas. Esto va más allá, en el espacio y en el tiempo, de la Europa que representa la Unión Europea. Regresa a sus orígenes, para verla surgir en las mentes de los primeros que la idearon, y avanza hacia sus confines ideales, ésos que no figuran en los mapas, porque permanecen aún en la conciencia de los europeos, los agentes que idearán la Europa del porvenir. Esos confines serán territoriales y políticos en un momento dado, si se atienen a la historia y a la cultura, pero ésa es una «historia futura», en consecuencia, incierta. |
