Stephen Kenyon, duque de Ashburton, ha dejado atrás su castillo, sus posesiones y todas sus obligaciones y viaja de incógnito con la esperanza de ver algo del mundo real con el que siempre ha soñado, decidido a saborear sus días antes de que se cumpla la terrible amenaza que pesa sobre él en forma de enfermedad mortal. En un pequeño pueblo, asiste a una representación de teatro y se enamora de la joven actriz, Rosalind, una muchacha hermosa, sencilla y sincera. Entre ambos surge pronto una pasión irresistible. Stephen cree que ha encontrado por fin un motivo para vivir, pero la ironía es que apenas le queda tiempo para disfrutarlo. ¿Será el amor que han encontrado tan fuerte como para desafiar a la propia muerte? |