Entre limones es una de esas cosas raras y maravillosas: un libro divertido que encanta desde la primera página. Y es que alguien que, sin tener ni idea, se mete a reconstruir un cortijo en un rincón perdido de una sierra de España, no puede estar haciendo nada malo. Chris nos transporta a Las Alpujarras, y nos relata una serie de contratiempos con una combinación simpática de pastores campesinos, viajeros New Age y expatriados. El verdadero héroe del asunto, sin embargo, es el cortijo: «El Valero»-un auténtico parche de montaña lleno de aceitunas, almendros y limones, asentado en el lado equivocado de un río, sin vía de acceso, ni abastecimiento de agua ni electricidad. ¿Podría ofrecer la vida algo mejor? |