«No es un ambiguo sentimiento de angustia, es dinero». Este breve poema podría condensar el tema y la intención del libro. En nuestras sociedades de la opulencia y la miseria, las dos caras de la moneda con la que Occidente está pagando su identidad, el dinero parece limitar y definir de forma imparable nuestra existencia cotidiana. La provocativa idea de Camus de que el único problema filosófico serio es el suicidio parece haber sido sustituida por una metafísica del dinero, de su obtención, crecimiento y gasto. Dinero introduce esa realidad -que es también nuestra realidad- en la poesía española, y lo hace con osadía y originalidad, asumiendo el riesgo de que se afirme que esa realidad no es materia poética. La poética de la antirretórica, que define la actitud y la obra de Pablo García Casado, alcanza en Dinero la máxima intensidad.
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