No es que Jessica Clavering fuera una joven particularmente infeliz. Pero sobre ella gravitaban demasiados misterios: el de ópalo, su verdadero nombre, que nadie quería citar; la escondida tumba de otra Jessica Clavering, fallecida hacía mucho tiempo; la mansión de su familia, ahora habitada por Ben Henniker, riquísimo propietario en Australia de minas de... ópalos.
A través de Ben, que se encariñó con ella, conoció al ahijado y heredero de este, Joss, a quien llamaban el Pavo Real por su arrogancia. El matrimonio de Jessica y Joss fue un acto de respeto hacia el viejo Ben, pero de él tal vez podría surgir un amor sincero... aunque solo después de que se aclararan muchos secretos y vencieran el extraño maleficio que parecía surgir del Rayo Verde, el ópalo más hermoso que había existido.
|
