Si las condiciones de los años de entreguerras habían permitido formar una coalición de fuerzas sociales en las que el fascismo resultó dominante, desde 1945 éste se enfrentó a una atmósfera cultural hostil que lo deslegitimó, y a unas condiciones de bienestar económico que evitaron la radicalización de los sectores sociales medios en los que el fascismo había basado su popularidad. Reducido a un proceso de afirmación y resistencia, sólo las grandes fracturas iniciadas en los años ochenta le permitirán salir de sus espacios de reclusión y alcanzar, a través de los proyectos nacional-populistas, una fuerza capaz de contaminar la cultura política continental y restaurar los valores más profundos del fascismo clásico. Esta obra es mucho más que un simple relato de la evolución de la .extrema derecha en Francia e Italia: se trata de una minuciosa crónica política de dos nociones decisivas en la construcción de la nueva Europa tras el desastre de 1945. |