Cada vez más los políticos son objeto de burla y de desconfianza generalizada. La abstención aumenta al mismo tiempo que el número de ciudadanos que no se sienten representados por ningún partido político. Algunos consideran que la política no soluciona sus problemas reales: vivienda, precariedad laboral, inseguridad ciudadana, integración de comunidades como la musulmana... Otros canalizan sus demandas o deseos de cambio a través de instancias distintas, como las ONG o la justicia. Cuando los medios de comunicación piden más emoción y espectáculo que nunca, la política sólo es capaz de mostrarse como un gris despacho de gestión administrativa, siempre bajo sospecha de corrupción o burocratización. Eso si no aparece bajo una forma peor: el populismo o la demagogia.
¿Por qué se produce este déficit de la política? ¿En qué países es más patente? ¿Afecta más a la izquierda o a la derecha? ¿No será más bien una simple mutación hacia nuevas formas de política? Un grupo de trece intelectuales de todo el mundo se reunió en Chátenay-en-France para debatir estas preguntas. El resumen de sus reflexiones constituyen el contenido de este libro, una síntesis de los motivos de la crisis pero también de las fórmulas políticas emergentes que la sacuden. Unas reflexiones con perspectiva internacional que no eluden el riesgo de proponer soluciones de futuro para una deseada primavera de la política. |
