Poesía de la no Ficción o de la de conciencia crítica, David González reconstruye en Algo que declarar la historia de un viaje a través de los jirones de la realidad y la memoria. Un viaje que transita por el filo del abismo, que devuelve al lector palabras como golpes, frías, despojadas de todo. Desnudas y contundentes. Un crucero, un tren de cercanías, un autobús o el asiento de un coche, al lado del conductor, son los instrumentos de los que se sirve el poeta para reconstruir la conciencia del personaje, trasladar al lector sus miedos y obsesiones, hacerle, en fin, partícipe del naufragio o compañero de fatigas. Un camino para transitar con los ojos bien abiertos. |