Jorge Isaacs (1837-1895) se ha granjeado con la escritura de MARÍA el trabado e indiscutible lugar que ocupa en la historia de la literatura latinoamericana. La base estética de la novela es la nostalgia de un pasado mejor evocado desde un presente vacío de significado. Y es precisamente esa nostalgia la que organiza y ordena los acontecimientos de la obra, ya que operan como catalizadores la añoranza del mundo premoderno y la renuncia a la plenitud del amor a causa de la irrupción del progreso y el desarrollo. La novela -marcadamente sentimental-viene vertebrada por el paulatino enamoramiento de los protagonistas, Efraín y María, y por el trágico final. La motivación de la ficción de Isaacs es la evocación de un mundo idílico -que se circunscribe a la hacienda El Paraíso-teñido por la melancolía y la pasión, en el que fracasa la relación de amor entre los protagonistas.
MARÍA se convirtió en el texto epítome del género sentimental en todo el continente y fue profusamente leída e imitada, de tal modo que hasta hoy día ha permanecido ígnea la injerencia de la trágica relación amorosa de Efraín y María en el imaginario latinoamericano. Ya lo dijo Rubén Darío: las generaciones americanas se han sentido llenas de «Efraínes y Marías», porque MARÍA enseñó a amar en América. |
