En una sociedad caracterizada por el consumismo, la masificación y la pérdida de los valores morales, el bienestar individual se yergue como valor indiscutible. El hombre ha perdido el sentido de su existencia; ha sustituido a Dios por poder, dinero y placer. Su moral se cifra en gozar y disfrutar a toda costa. Por otra parte, la manipulación cultural y moral que los medios de comunicación masiva –detentadores del poder económico– ejercen sobre los estratos sociales más vulnerables, impone estilos de vida que promueven el relativismo y el permisivismo moral, y dan por resultado la creación de personas y matrimonios light, cuyos signos distintivos son hedonismo, superficialidad e inmadurez. Todo ello ha sumido al matrimonio y a la familia en una crisis de valores que genera infidelidad conyugal, divorcios y desintegración familiar. Con frecuencia, los hijos criados en este ambiente cometen actos delictivos, se drogan y huyen del hogar; lo cual hace más difícil la tarea de educar y convivir en el marco familiar. Ante esta situación, el autor señala la urgencia de preparar a quienes ya son padres o a quienes van a serlo para que aprendan a convivir en pareja o en familia, de modo que puedan desempeñar óptimamente sus funciones educativas. Esta obra se fundamenta en la experiencia del autor en múltiples casos, por ello recomienda a padres y orientadores encaminar a sus hijos o alumnos adolescentes que creen perdida la esperanza, hacia una educación integral por medio de la observación, la escucha silenciosa y la aceptación fraternal. |