Este libro presenta una muestra amplia y sabrosa de la cocina española clásica, una cocina que es ante todo honesta y sincera. Junto a platos muy conocidos, como el cocido madrileño o la gallina en pepitoria, figuran otros que lo son mucho menos y que proceden de la tradición familiar de la autora, como por ejemplo el besugo con bacalao, el pollo de Aranda o la tortilla guisada. En unos momentos en los que se están corrigiendo ya los excesos de la llamada "nueva cocina" para restablecer la línea que enlaza con la tradición, cuando los científicos reconocen por fin las virtudes dietéticas de gran parte de la alimentación clásica española -lamentándose por ejemplo de la casi desaparición del tradicional primer plato de legumbres-, nada más oportuno que reencontrarnos en este libro con unos modos de cocinar que están anclados en la memoria colectiva de los españoles y que las nuevas generaciones suelen añorar con frecuencia. Dentro de la extensa producción de libros de cocina que está apareciendo en el mercado español desde hace unos años, este libro ocupa un lugar singular por cuanto que escasean los títulos que, como éste, son expresión directa, sin artificios ni experimentaciones, de lo mejor que tiene nuestra tradición gastronómica. Por otra parte, la explicación de las recetas es clara y sencilla, lo que, unido a la ausencia de ingredientes "exóticos", permite realizarlas sin dificultad. Junto a una cuidada presentación, el libro está ilustrado con gran número de grabados medievales. Además, diversas citas literarias acompañan a las recetas en forma de comentario ilustrado y muchas veces divertido. |