Xavier Radek es un joven que vive en Basilea y tiene una misión en la vida: saber más sobre el sufrimiento de los judíos y consolar a «los enemigos de la felicidad». Su abuelo fue un concienzudo nazi que supo ejecutar con responsabilidad su labor de exterminio, su padre es un famoso arquitecto que tiene una debilidad más que dudosa por los salones de masaje, y su madre, una mujer apasionada e incomprendida que ha bautizado a un conocido dictador y pintor de acuarelas alemán con el nombre de «Yasabesquién».
Mientras que sus padres atribuyen la conducta de Xavier a un trastorno pasajero de la pubertad, él entabla amistad con Awromele, el hijo de un rabino, que le aconseja tomar clases de yiddish y circuncidarse. Tras someterse a una cruenta circuncisión, Xavier queda totalmente convencido de sus aspiraciones mesiánicas: decide dedicarse a la pintura para empezar a «consolar», y parte con Awromele hacia Amsterdam. Tel Aviv será su siguiente destino, donde la política lo erige absurdamente en el más fiel defensor de la causa sionista –tanques y corruptelas incluidas–, hasta que la situación se desborda y el mundo entero se prepara para la llegada de un mesías que nadie hubiera podido imaginar. |