978-84-96280-74-8 Título
La Pantoja, Julián & cía. "Asalto a Marbella"  
Autores Botello, David    Rábago, Isabel       
Editorial Ediciones Espejo de Tinta  Nº edición  Año  Oct/2006
Colección    Nº colección    Páginas  190 
 
Materias



Narrativa


Encuadernación  Rústica 
Largo  24  Ancho  16 
Idioma  Castellano 
Estado
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  P.V.P. 
 
   17,00
 
 
Reseña del libro
Durante mucho tiempo, Julián Muñoz fue el hombre que no salía en la foto. Una sombra en segundo plano, siempre detrás del jefe, atento a cualquier necesidad, esperando su oportunidad para ir escalando puestos en el escalafón. Hasta que fue útil como alcalde. La alcaldía fue la mejor carta de presentación para el desembarco definitivo de Isabel Pantoja en Marbella. El destino no hace acuerdos; seguía zarandeando sus pasos, escribiendo con renglones torcidos esta nueva historia de amor. Un romance que no sólo marcaría la vida de Isabel, sino la de toda una ciudad. Aquel orgullo que sentía Julián era más poderoso que su razón. Estaba tan pagado de sí mismo que se sintió preparado para darse a conocer al mundo.
La fama le esperaba. De la mano de Isabel Pantoja, estaba convencido de que merecía alcanzar la inmortalidad. La gran pregunta, lo que nadie entiende todavía, el misterio más oculto de todos las que rodean a la pareja es qué cualidades tenía Julián para conquistar a Isabel. Y hay tantas respuestas como gente se ha acercado al gran enigma. Unos defienden que Isabel se enamoró perdidamente. Otros dicen que Isabel se encontró con las llaves de Marbella de la mano del alcalde. Que podía ser su venganza contra Encarna. O que el poder y el dinero la deslumbraron. Que Isabel nunca hacía nada de forma gratuita. Que se obnubiló soñando con una alcaldía que ya veía como suya. Que regresó a Marbella siguiendo el rastro del dinero. Que regresó a Marbella siguiendo el rastro del poder. Mientras, en el Círculo Financiero, Jesús Gil no estaba dispuesto a permitir que Isabel Pantoja irrumpiera en su feudo.
Decidió tomar cartas en el asunto. Descolgó el teléfono, marcó un número y esperó. —Se acabó el folclore. Aquella frase en clave sonó como una sentencia de muerte. Era una sentencia de muerte. Los días de Julián en la alcaldía estaban contados. 
 
Bio-bibliografía del autor