"Cuando tenía dieciséis años mi padre se fue a la luna", así comienza esta delicada ópera prima. En un suburbio de Detroit, a principios de los noventa, el trabajo escasea y la realidad aprieta. Los padres de familia desaparecen uno a uno deforma inexplicable, y las mujeres e hijos sólo tienen una misteriosa nota de despedida a la que aferrarse: "Me he ido a la luna". En un ambiente de profunda desazón, las madres afrontan los cambios como pueden y la nueva generación se ve obligada a crecer deprisa y a ocupar un hueco que nunca acabará de llenarse. Ante una realidad frustrante también ellos pueden sentir la llamada de la luna. |