Con el telón de fondo de la Jerusalén de los años cincuenta, y el relato en primera persona de Jana, moderna madame Bovary. Mi querido Mijael narra la historia de un matrimonio y de su ruptura. La narración, muy femenina, avanza con estilo breve, cotidiano, y sondea los pensamientos más ocultos y las emociones más profundas en la confesión de la protagonista. Con rara habilidad, el autor logra captar los mínimos matices del carácter y del sentimiento, los motivos de la frustración y del sufrimiento, y llega al origen del progresivo encerrarse de Jana en un mundo trepidante de maravillosas aventuras imaginarias, fantasías sexuales y terribles pesadillas, en el cual «su» querido y tranquilo Mijael nunca logrará penetrar.
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